24 de octubre de 2008
Robo
18 de octubre de 2008
El viaje de mi vida
17 de octubre de 2008
Elixir
aroma suave que a tu dulce suspiro escapa,
alma secuestrada a un solo roce de mirada,
néctar ambarino de imaginación soñada.
Elixir que de un corto sorbo mis labios toman,
largo el viaje que a caminar empiezo ahora,
pensamientos, rotas las palabras me acompañan
que por amor y por desprecio, mi muerte implora.
11 de octubre de 2008
Evolució interrompuda
25 de agosto de 2008
Las recordaré por mucho tiempo
12 de julio de 2008
La teva absència
Caps de setmana il·lusionants que caduquen ràpid si no els conserves al rebost de la teva memòria.
Com veus, quasi tot seguiria igual per aquí si no fos per la teva llarga absència.
Et trobo molt a faltar!!!
6 de julio de 2008
Che gelida manina
5 de julio de 2008
Goodbye Blue Sky
Did you see the frightened ones
Did you hear the falling bombs
Did you ever wonder
Why we had to run for shelter
When the promise of a brave new world
Unfurled beneath a clear blue sky
Oooooooo ooo ooooo oooh
Did you see the frightened ones
Did you hear the falling bombs
The flames are all long gone
But the pain lingers on
Goodbye blue sky
Goodbye blue sky
Goodbye
Goodbye
3 de julio de 2008
Silencis
Abismes obscurs, infinites
pors, morts, malsons.
Sols silencis només,
fredors, negres cels,
misèries, solituds.
I sobtadament, llavis, batecs,
ulls, alens, sabors
dolços i tendres
passions, amors,
carícies i emocions.
I finalment, albes,
llençols regirats,
cossos dins de silencis,
tan sols silencis.
2 de julio de 2008
Claro de Luna
Se preparó un baño caliente mientras en la radio languidecía el ritmo triste y lento del “Claro de Luna” de Beethoven.
Cuando se envolvió entre las aguas de su bañera, empezó a llorar de nuevo desconsoladamente.
-“¡Tengo tantas cosas por hacer!”, dijo mirando hacía su interior.
El piano deshojaba sus últimas notas cuando ella gritó:
-“¡Dios mío!, ¡Y aún no sé por donde empezar!”
Despuntaba el sol sobre el horizonte urbanizado y la ciudad despertó entre el ritmo lento y cada vez más triste del “Claro de Luna” y la melancolía de un nuevo día.
21 de junio de 2008
Adéu, amor meu
He descobert una cafetera que m'aigualeix els matins i una batedora que no para de donar-li voltes a les coses. La planxa em te cremat i l'aspiradora ha xuclat tota la meva energia.
6 de mayo de 2008
¡Déjame una nota cuando te vayas! (II)
Ya hacía décadas que le andaba dando vueltas a la idea de plasmar cuatro líneas que dieran rienda suelta a su creatividad, por años encerrada entre las cuatro paredes de su obtuso cerebro. Desde que no levantaba un palmo, siempre, por un motivo o por otro, tenía que adaptarse a los criterios de los demás, sin dejar un mínimo resquicio al riesgo de expresar libremente lo que le viniera en gana. Si en algún momento dejó correr desbocadamente su incipiente imaginación era, bien jugando un partido en la cumbre entre jugadores de papel, cromos de la época que mágicamente recobraban vida entre los pliegos de las sábanas de su cama, cancha inusitada en una partida que siempre acabada ganando o bien, encerrado en un metro cuadrado de lavabo donde iban pasando las más maravillosas mujeres, conocidas o no, desnudas o diminutamente vestidas mientras se masturbaba compulsivamente ante los atónitos ojos de su vigilante y nada tolerante ángel de la guarda.
Ahora, en plena madurez personal y profesional, su imaginación trazaba increíbles figuras casi fantasmagóricas en cualquier espacio de tiempo y lugar, sin venir a cuento, hasta casi el agotamiento físico y mental, mientras su cristalina salud se resquebrajaba a ojos vista.
26 de abril de 2008
¡Déjame una nota cuando te vayas!
15 de abril de 2008
¿Cómo un libro te puede seducir?
27 de marzo de 2008
Tomar decisiones
A pesar que quiero a mis hijos con locura, que me lo paso bien cuando estamos juntos, que me gusta observar a mi amada esposa, que la siento muy, muy adentro, que tengo pocos amigos pero los que tengo me lo admiten casi todo a pesar de lo raro que soy, que mi entorno laboral, sino todos, unos cuantos de ellos me respetan y les devuelvo de corazón ese respeto, en definitiva, a pesar de todo ello, solo me apetece estar solo.
Por si me quedara alguna duda, la prueba del nueve:
- Casi todos los días como solo, bueno solo, como con mi último libro El mito de Bourne de R. Ludlum , espías y mercenarios en el extremo Oriente bajo el yugo del imperialismo yanqui.
- En vez de dejarme acompañar en coche hasta la puerta de mi casa por una de mis mejores amigas, prefiero caminar tropecientos metros hasta coger un autobús que tardará, como menos, tres largos cuartos de hora en llegar a destino. De nuevo el bueno de Ludlum.
- Cuando estoy de lleno en una celebración, festejo, ceremonia, sobremesa, reunión o cualquiera de los sinónimos que se pudiera imaginar sobre estar con gente, lo único que me apetece es salir por patas y no parar hasta México.
- Como creo que ya he dicho en algún momento, mi happy hour empieza sobre el cambio de día y podría llegar sin esfuerzo hasta el alba. No, no vivo en Transilvania.
Dicho todo lo anterior, solo me queda trabajar duro para encontrar de nuevo el camino de las buenas relaciones sociales, solo en mi mano está encontrar el placer de una buena compañía, sea de adultos (o adultas) o con mis peques, solo depende de mí que la cosa cambie o siga como hasta ahora.
Para empezar, me voy a la Feria de Abril a Sevilla y desde allí, solo ante una copita de manzanilla y un suculento platillo de jabugo, acabaré de tomar una decisión al respecto.
13 de marzo de 2008
El tiempo embellece los recuerdos
Acabo de leer esta frase en el periódico de ayer.
Tienes toda la razón, amigo Juan, el tiempo embellece todos los recuedos.
Hace poco he pensado en ello precisamente. Debido a las sorpresas que mi cuerpo me depara de tanto en tanto (¡¡que detallista que es!!) he realizado un montón de retrospecciones vitales hasta lo más hondo de mi infancia y en una de ellas me topé con Cecilia (nombre ficticio), una compañera de primaria a la que amé con infantil locura. Cabello rubio, ojos azules, los mejores vaqueros en un cuerpo femenino en mil millas a la redonda, la dulzura angelical en una carita de porcelana. En clase me las ingeniaba para sentarme en el sitio justo, bien donde nuestras miradas se cruzaban, bien donde ella tuviera que sentarse; me desvivía por echarle una mano con las tareas, básicamente las mates, me sentía henchido de felicidad si lo conseguía; llegué a hacer auténticas locuras para estar cerca de ella. Incluso en la calle, pasaba día tras día por el mismo sitio, a la misma hora, sabía que ella siempre estaba allí, con su mínima y dulce sonrisa dedicada.
Incluso tuve la ocasión de ir un par de veces al cine con ella, siempre en sábado (¡¡qué sábados!!), no solos, por supuesto (era pecado mortal). La cabeza me daba vueltas, no podía haber en el mundo nadie más feliz, tenerla justo al lado, sintiendo su respiración, embriagándome con su olor, perdiendo el paralelismo de mis ojos por culpa de las miradas de reojo (que dolor, por Dios).
¿Os podéis creer que jamás le dije nada acerca de mis sentimientos? Nada de nada, ni una palabra, ni una caricia y mucho menos un beso. ¿Se puede ser más estúpido? Creo que allí perdí una gran oportunidad de ser feliz, de ver mis adolescétincos sueños cumplidos, de empezar a perder el miedo a decir lo que siento en cada momento, sin temor a la respuesta del que está enfrente, algún día quizá lo consiga.
Seguramente un día podría verla, tendrá marido, hijos, perro, serán felices (o quizá no, yo que se). Me gustaría acercarme para pagarle lo que debo, lo mucho que sentí y lo que nada le dije. Sería un placer para mí explicarle que sentí un montón de cosas por ella y que no tuve narices. Podría hablarle de un millón de cosas pero no lo haré, ya es tarde para chiquilladas, lo pasado, pasado está y enterrado. Escribo aquí estas pocas palabras y me llevó para siempre los restos de sentimientos. Tienes toda la razón, Juan, el tiempo embellece todos los recuerdos.
7 de marzo de 2008
Nobody home
Poco a poco la mente se relaja, los avatares del día dejan paso a la tranquilidad de las horas nocturnas y los sentidos descansan lejos de la tensa rutina en la que los tenemos inmersos.
Aparecen como por arte de magia infinitos sonidos que se habían escondido tras el fulgor del alba y esperan pacientes a que dormiten los habitantes de esta loca ciudad para volver a la vida. Ventanas que dilatan, maderas que quiebran, objetos inertes que cobran vida tocados por la gracia del Dios Ruido.
El llanto de un bebé es absorbido de inmediato por el intenso silencio en que se ha encerrado la noche; el sonido de la puerta metálica del ascensor desciende junto al ingenio metálico hasta desaparecer por completo en su particular infierno; el líquido goteo de un estropeado inodoro acompaña por momentos los rítmicos latidos del corazón de un destartalado reloj hasta que el lento suspirar de mi hijo me devuelve a la dulce rutina.
Más tarde, el sueño me envuelve lento en una danza embriagadora, suave, tranquila, seductora...parece que estoy solo, todos duermen ya.
Y al final, silencios, solo silencios, como si nadie estuviera en casa.
1 de marzo de 2008
Lascia Ch'io Pianga
Cada vez que acudo a una nueva representación me sorprendo de la cantidad de cosas distintas que observo a la par que me convencen del gran acierto que tuve el día que decidí dejarme llevar por mi intuición al acudir a la representación de Giulo Cesare (1724) del compositor alemán Georg Friedrich Händel (1685-1759).
De éste compositor, del que me considero un enamorado de su obra, escuché ayer mismo Lascia ch’io pianga, su famosa aria de Almirena (Acto II, esc. 2ª) de su obra Rinaldo (1711) interpretada por la soprano norteamericana Lisa Saffer y dirigida magistralmente por el director canadiense Bernard Labadie. Sencillamente emocionante… aún me duelen las palmas de las manos de tanto aplaudir. He encontrado en la red esta representación de Philippe Jaroussky que nos puede situar en atmósfera.
Lascia ch'io pianga mia cruda sorte,
Debo añadir que en la época de Händel, los papeles de Rinaldo, Eustazio, Argante y el Mago en esta obra fueron cantados por castrati (cantantes a los que se castraba de niños para poder conservar su voz privilegiada) pero también por mujeres.
Escucharla y emocionarme es todo uno.
28 de febrero de 2008
¿Sexo?
Creía que estas cosas solo le pasaban a los condenados a muerte y a los muertos propiamente dichos (ni hablar del clero) pero debo reconocer que ahora mismo estoy en ayunas.
Aunque quisiera que la culpa fuera de los demás, la realidad es que el único responsable de esta travesía en el yermo e inacabable desierto es un servidor.
Ocasiones han habido, más o menos atractivas, imaginativas y monótonas, duraderas y centelleantes, románticas y rudas, de todo tipo y color pero nada, que me he quedado clavado en un agujero negro (solo pienso en lo mismo) del cual no soy capaz de salir.
Todo empezó con mi empeño en sentirme deseado. Hace siglos que no detecto la más mínima mirada libidinosa por parte del sexo contrario (¡es que ni del mismo!) y de mi amada esposa menos aún. Soy consciente que no tengo el cuerpo de Brad, la mirada de George o la pinta de aquítepilloaquítemato de nuestro oscarizado Javier pero ¡caramba!, en algún momento podría haber captado un sencillo gesto aunque fuera de parte de mi suegra (perdón, perdón, no quería) pero más bien al contrario, cuando me ha parecido que detectaba el más mínimo movimiento de unas largas pestañas, una micro sonrisa en la comisura de desconocidos aunque jugosos labios o un mínimo coqueteo de una risueña mozuela han acabado siendo tics nerviosos, muecas de dolor o que el destinatario no era yo sino el personajillo que estaba a mi vera (debido sobre todo a mis torpes dioptrías).
En definitiva, entre que mi querida cónyuge, a la que amo y deseo como el primer día que el destino me puso en su camino (¿o fué al revés? ¡Bah! que mas dá), pasa últimamente de mi cortocircuitado cerebro y que cuando se apiada de mis furiosas feromonas, yo me hago el quitaquitanotenecesitoparanada, tengo más hambre que un adolescente en jueves y más mala leche que la brunete mediática. Lo siento, tengo que ir al baño.
26 de febrero de 2008
El debate electoral
Me hubiera gustado haber estado muy atento a los argumentos de uno y a su cumplida réplica por parte del otro. Hubiera sido fantástico que, después de finalizar el debate, un servidor tuviera más o menos confirmada la decisión del voto, cualquiera que fuera el color de éste. Habría tomado mi café nocturno (posible causante de mi insomnio) con la conciencia tranquila de ser un respetable ciudadano con criterio de estado, pensando sobre todas las cosas, en el bien común. Me habría ido a la cama con el placer del trabajo bien hecho y mañana, mañana seguro que será otro día.
¡¡¡ Me he quedado frito!!! Yo, que no duermo más de cuatro o cinco horas diarias, que no me meto en la cama antes de las dos de la madrugada, que escucho todos los programas radiofónicos del día en la noche.
No quiero culpar a estos dos candidatos (que no los únicos, no lo olvidemos) de este terrible desliz, pero confieso que no deseo ser extrapolado en ninguna encuesta pre-electoral de empresa de investigación sociológica alguna, quiero que me excluyan de sus propuestas electorales para estos comicios (y para los cincuenta próximos) y espero que dediquen a los electores de este país todo el tiempo que emplean en “inventar” espectaculares triquiñuelas para cobrar infinitos e imaginativos impuestos, multas, sanciones, cánones…
Solo así tendrán alguna posibilidad de no dejarme sedado delante del televisor en los futuros debates electorales y volver a redimirme como votante y como insomne.
24 de febrero de 2008
Mis primeras palabras en la red
Después de un largo tiempo dejándome la vista en una mesa de ping-pong virtual o (básicamente los fines de semana) jugándome montones y montones de dinero monopolyzados con jugadores no humanos en el verde tapiz de una timba de póquer, he decidido dejar de perder miserablemente mis días (o mis noches de insomnio) para ponerme a escribir todo lo que se me ocurra y, posteriormente, colgarlo en la blogosfera.
Juro que lo alumbro sin ningún tipo de pretensión, o quizá si, el de terapia particular que, como saben casi todos los que me rodean, me viene haciendo falta desde hace unos meses. Como vomite a mi gente todo lo que llevo dentro, puede que acabe viviendo debajo de un puente y la verdad, no tengo la espalda para trincheras. Así que ¡hala!, al que se le ocurra leerme que se ponga inmediatamente el chubasquero, por si arrecia la tormenta, dicho con la mejor de mis intenciones, claro está.
Conocí el blogworld a través de uno de ellos, maravilloso por cierto, que me ha abierto las puertas a un mundo variopinto, con infinidad de secretos, confesiones y experiencias. ¿Sabéis también que he denotado en todos ellos?, mucha soledad, así es, gente que encuentra en el teclado de su ordenador la mejor de las compañías, como yo en este instante.
No descubriré aún su dirección porque sería como si colgara todas las joyas de la familia en el tendedero de este patio intergaláctico pero, todo se andará, quien sabe con el tiempo.
Y como no podía ser de otro modo, para bautizar a la criatura, he buscado a su padrino, mi unilateral amigo Manolo, filósofo, periodista, escritor, culé y (si me permites), bon vivant.
Espero que su recuerdo anime a mis holgazanas neuronas y las ponga a trabajar de una puñetera vez, que ya siendo hora, narices.
O como está escrito, que La Rosa de Alejandría constituya un viaje lleno de atractivos por el mundo de las pasiones que anidan en el fondo de cada persona.
A partir de ahora, me pongo conmigo mismo.
¡Con tu permiso, Manolo!