14 de febrero de 2009

¡¡Lo celebraremos juntos!!


Sigo despierto por las noches y hay veces que necesito soñar de día, no lo puedo remediar....¡¡¡para lo que hay que ver!!!
Fíjate tú que el otro día me andaba rompiendo la olla pensando que sería capaz de hacer en esta vida con los casi de 11 millones de euros que ha ganado el/los acertante/s de la lotería primitiva del sábado pasado. ¡Dios! no podía concentrarme. De hecho, elaboré una especie de decálogo que definí como “de repente, rico que te mueres”:


1º- Silencio. En primer lugar (pensé), no se lo diré absolutamente a nadie, para no agobiarme de entrada. Dicen los que saben que es el entorno los que marean y te acaban haciendo cometer semejantes locuras.

2º- Ingresar en diferentes cuentas bancarias (y en billetes pequeños, sin numerar) el suculento tesoro, no vaya a ser que pierda la cartera, cosa que no sería nada extraña en mí y me acabe quemando a lo bonzo.

3º- Dejar de trabajar. Siempre me he cagado en la madre del tío que inventó el trabajo. Llevo trabajando más de 30 años y aún no le he encontrado el secreto al asunto. Cualquier excusa será válida para salir de la noria de manera honrosa y discreta...muuuuy discreeeetaaa.

4º- Coger un tren (los aviones me son desagradables, ¡Qué le vamos a hacer!). Que corran los kilómetros, solo (ya volveré), sin prisas, dejando la vista perdida en el horizonte, haciendo un punto muy aparte en mi vida, sin rencores pero tirando al container de la memoria una parte de mis recuerdos y de los personajes que los sustentan . Cuando vuelva quiero estar más oxigenado, con más ganas de reventar el resto de la vida que me queda por vivir junto a los míos...si ellos quieren, claro.

5º- Escribir y leer. Leer y escribir sin descanso. Tengo millones de cosas que contar y necesito combustible para no parar....y música de fondo, mucha y buena música como colchón de tanta letra.

6º- Piscina y gimnasia. Ya lo sé, esto no debería entrar en este decálogo pero en mi caso, me es del todo imprescindible para realizar cualquier otra cosa...No os preocupéis, me pondré en manos de una life and personal coaching que me ponga duro como una piedra...estoy hablando de cervicales, lumbares y abdominales, no de genitales, ¿eh?

7º- Alimentarme y descansar bien. Buen comer y buen yantar sin escatimar un euro y, a poder ser, sin poner un pié en la cocina...nunca se me dió bien.

8º- Estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Siempre me quedó en la columna del debe esta asignatura. Seguramente ya no me hará falta en mi currículum vitae pero si en mi orgullo personal. Ahora ya no tendré que trabajar más, ¿lo recordáis?

Y vamos a lo importante:

9º- Familia y Amigos. Sí, ya me va tocando dar el primer paso. Siempre son ellos los que me llaman, me escriben, se preocupan con mis cosas y se ríen (a veces) de ellas. Por primera vez quiero darles ventaja, pensaré en ellos. Aprovecharme del tiempo que les quede a mis mayores y disfrutar junto a ellos de los de mi generación y las siguientes....voy a ser tío abuelo...¡¡Diosss!!

10º- Mi mujer y mis hijos. No necesito más comentarios. Las otras nueve no sirven de nada sin ellos. De hecho, nada sirve sin ellos, ni todo el dinero del mundo puede hacer que no les eche de menos. ¡Ya!, Y del viaje en tren ¿qué? Ya dije que volvería, no tiene nada que ver con ésto.

Pues andaba en estas conjeturas cuando el taxi llegó a mi destino y una agradable reunión de trabajo me obligó a realizar un aterrizaje forzoso en mi dulce rutina.
Conoceréis que este sueño de ha hecho realidad cuando recoja el premio literario a mi primera novela, recién licenciado, junto a los míos, con una piel tersa y morena y un cuerpo atlético que te mueres, pero lo que es contároslo, os lo aseguro, no os lo pienso contar.
Eso sí, os llamaré para celebrarlo juntos.