4 de octubre de 2011

Claro de luna


La noche toca a su fin. Ella continua obsesionada en la imagen que el espejo le devuelve de sus pechos, concentrada en traspasar la piel con su mirada para encontrar aquello que tanto le atormenta.
Se prepara un baño caliente y en la radio languidecen, uno tras otro, casi sin querer, los tristes y lentos acordes del “Claro de Luna” de Beethoven.
Se deja envolver por las cálidas aguas de la bañera y rompe a llorar lágrimas de angustia:
- ¡Tengo tantas cosas por hacer! - grita en silencio.
El piano deshoja sus últimas notas y ella se lamenta desconsolada:
- ¡Dios mío!, ¡Y aún no sé por dónde empezar!
Despunta el sol sobre el horizonte urbanizado y la ciudad va amaneciendo entre el do cada vez más lánguido y sostenido de la música y la dulce melancolía de un nuevo día.

A Paca, in memoriam.


FIN


(Cuento presentado en el VI Concurso de Microrrelatos Paréntesis 2011)