3 de abril de 2012

¡No vuelvas a despertarme nunca!



Me apetece caminar siempre juntos, abrazados por el soleado paseo de mis sueños y, sin embargo, acabo deambulando solo, en lo más recóndito del callejón de los fracasos. Por favor, ¡no vuelvas a despertarme nunca!