18 de marzo de 2013

Desconocida

Te espero largo tiempo, indeciso
sobre que decirte sin parecer
un obsceno llegado de la nada.
Cuando entras, mi vida, en escena
se repite un ritual que me emociona:
pides al Sol que te susurre en la cara.
Un profundo suspiro, ojos cerrados,
rizados los cabellos en un dócil desorden;
justo ahí, el primer beso te daba.
Hasta de los dioses todo envidio,
del primero al último de tus gestos
porque de ellos es, y mío es nada.
No sabes quién soy, ni lo que hago,
ni porque razón escribo estas palabras,
solo dejas que me envuelva en tus caladas.
Hace tiempo que ando enamorado
de tu forma de liar los cigarrillos
mientras me regalas de soslayo
la mirada más bonita y misteriosa.
Y, ahí, de nuevo otra vez te besaba,
uno y un millón en un segundo,
hasta que mi corazón ensangrentara.
-¡Adiós!- -¡Hasta mañana!-
Otra tarde, todo un día, noche entera,
como se hace de larga esta espera.

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